Reflexión para hoy:

     

sábado, 22 de enero de 2011

La estupidez de los prohibicionistas



La prohibición de la tenencia de armas es fruto de estúpidas y perversas políticas anticrimen neopacifistas que vociferan los parásitos revolucionarios del siglo XXI. A pesar de su incoherencia, la gente poco reflexiva las asume sin ni siquiera digerirlas intelectualmente. Se trata de políticas disparatadas pero muy políticamente correctas, más propias de necios que de ciudadanos instruidos y reflexivos como se supone que deberíamos de ser.

La consigna es pedir más control legislativo y restringir la tenencia de armas. Pero esa perversa idea de que el control de armas supone controlar mejor el crimen no es más que una quimera.

Ningún objeto es inherentemente ofensivo o inofensivo. Lo mismo puede utilizarse para atacar a un individuo o para defenderse de otro. Es la acción humana y no el objeto empleado lo que debe enjuiciarse. También las armas de fuego pueden usarse agresiva o defensivamente. Por tanto, si tienen varios usos no debemos considerar que sólo el hecho de poseer un arma es moralmente execrable, sino la utilidad que hagamos de ella. Un revólver es peligroso siempre que alguien lo amartille y lo ponga en manos de un chimpancé dentro de un ascensor abarrotado de gente; pero no todos los ciudadanos somos chimpancés aunque estos respetables simios están, intelectualmente hablando, por encima de la mayoría de los vasallos de lo políticamente correcto.

Prohibir la posesión de un revólver es como prohibir los cuchillos de cocina, los bates de béisbol o los árboles de dónde se extrae la madera para producirlos; y desde el 11M, los móviles y las mochilas, por el número de muertes que ocasionan. No olvidemos también que las horribles matanzas de Ruanda se cometieron con machetes y taladros que funcionaban con batería.

El último ejemplo de la absurda manía de prohibir la tenencia de armas de fuego lo tuvimos el día 17/12/2010. Al menos trece personas, entre ellas once estudiantes, resultaron heridas en la ciudad japonesa de Toride durante un ataque de un hombre armado con un puñal, objeto que no se considera arma de fuego. El agresor llevó a cabo el ataque en dos autobuses en los que numerosos adolescentes acudían a sus centros de estudio. Japón ha vivido otros ataques con apuñalamientos en el pasado, uno de los más graves en junio de 2008, cuando un hombre acabó con la vida de siete personas e hirió a 10 en el centro de Tokio. En aquella ocasión, el hombre irrumpió con una furgoneta en el barrio tokiota de Akihabara y atropelló a varios peatones antes de bajarse del vehículo y apuñalar a los demás.

¿Prohibimos también la tenencia de furgonetas? ¡No nos olvidemos de prohibir las piedras, porque aún hay “civilizaciones” con las que nos quieren aliar dónde se siguen utilizando para romper cráneos femeninos!

Resulta inaceptable que se recurra a la irresponsabilidad de algunos para, con carácter preventivo, sustraer a todos de un objeto útil para la autodefensa y la disuasión. O que se apele a los accidentes y al peligro que las armas suponen para los niños cuando son 20 veces más frecuentes los niños que mueren en accidentes de tráfico y 10 veces más los que se ahogan en piscinas ¿Restringimos también la tenencia de coches y piscinas?

Todo intento paternalista que se ha llevado a cabo por parte de los parásitos gobernantes que medran en el Estado, con la intención de jugar la carta electoral de desarmar a la población para ofrecer al votante la imagen de una "sociedad más segura" ha resultado fracasado, puesto que en las campañas de desarme solo los ciudadanos cumplidores con la Ley depositan sus armas. Los criminales nunca lo hacen.

Los que se oponen a la libertad de tenencia de armas, a menudo emplean dos argumentos: Acusando a sus defensores de nazis y fascistas, cuando fueron éstos, como todos sabemos, los precursores del control de armas que, hoy en día, la mayoría de países siguen imitando; y el otro argumento lo hacen arguyendo a la causa del crimen, poniendo siempre como ejemplo la matanza anual que el chiflado de turno realiza en los Estados Unidos de América (EE.UU.).

¡Vaya! siempre EE.UU., un país con centenares de millones de habitantes. Sin embargo, los mentecatos manipuladores de la información ocultan disimuladamente la existencia de otros países libres y democráticos como Suiza, uno de los lugares más seguros del mundo donde hay libertad para la tenencia de armas y donde la estadística de sucesos protagonizados por chalados liándose a tiros en un supermercado es nula, a pesar de que la proporción de habitantes armados es mayor comparándola con EE.UU. En Suiza la mayoría de la población tiene en su hogar una pistola y un fusil de asalto como el M16 o el AK47.

Un aforismo suizo relaciona la posesión de armas con el poder político, de tal modo que una sociedad armada es una sociedad democrática. Ellos lo saben bien, ya que han mantenido sus libertades durante siglos gracias a no haber renunciado al derecho a la defensa individual. Históricamente los helvéticos siempre han tenido una eficaz forma de evitar agresiones externas, preservando su paz y su libertad. En Suiza tienen muy claro que las armas en manos de civiles son la última línea de defensa de la soberanía de un país.

La crítica al libre uso de las armas se relaciona con la típica consigna de odio a todo aquello que proceda de Estados Unidos de América, siendo su libertad de armas un motivo más de crítica antiamericana, que como las demás críticas a un país libre y próspero, no tiene ningún fundamento.

También Canadá posee un ratio de armas por ciudadano (mayormente, fusiles de asalto) muy parecido al de los Estados Unidos de América y dónde son excepcionales ese tipo de sucesos protagonizados por dementes. Podríamos seguir con Finlandia, Israel, Suecia, Nueva Zelanda, etc....todos países libres y prósperos.

No es la tenencia de armas de fuego o su número, en manos de los ciudadanos honestos y cuerdos, el resultado de ese tipo de tragedias. Existen sociedades supuestamente desarmadas muchísimo más violentas que los EE.UU (Jamaica, Brasil, Rusia, Filipinas, Venezuela...) y sociedades más armadas y mucho menos violentas que los EE.UU (Suiza, Finlandia,..). No existe ninguna correlación entre el número de armas en manos de la población y el número de muertes violentas como demuestran las estadísticas. Lo que ocurre es que cuando sucede en EE.UU. los medios manipuladores de masas lo amplifican con perversidad y la mayoría de la gente, como buenos vasallos, se tragan todo lo que dicen en el telediario sin masticarlo previamente con un mínimo de raciocinio.

Está claro que cuando un demente pretende acribillar a tiros a gente indefensa nada puede evitarlo, ni siquiera la prohibición de tenencia de armas. Sería incluso inútil y muy costoso para el contribuyente, poner a un policía detrás de cada ciudadano con la idea de vigilarle e impedir que consiga una pistola en el mercado negro. Además, ¿quién puede asegurarnos de que el policía “no esté mal de la olla” y le dé un ataque de locura homicida protagonizando una escabechina en un supermercado? ¿Ponemos otro policía detrás del policía que vigila al ciudadano? ¿Es que ya estamos todos locos?






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2 comentarios:

  1. Ciertamente la sub-cultura americana es funesta y degradada y eso lleva a masacres escolares pseudo peliculeras, en cambio en suiza la cultura es mas sana, eso conlleva aque no hayan problemas con las armas de fuego. un saludo desde valencia.

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  2. Sr. Palleter: Es curioso, pero cuanto más quiere parecerse gran parte del pueblo norteamericano a cierto pueblo europeo, donde la igualdad está por encima de la Libertad, más se degrada la sociedad de los Estados Unidos de América.

    Sin embargo, gracias a muchos norteamericanos de principios y amantes de la Libertad, los europeos se quitaron de encima esos malditos regímenes totalitarios en los que algunos liberticidas que nos rodean se sienten tan a gusto. Primero, sacrificando a sus jóvenes luchando contra el nacionalsocialismo de Hitler. Después, luchando contra el socialismo soviético de la URRS en lo que se denominó la guerra fría y que llevó a cabo el gran Ronald Reagan sin sacrificar tantas vidas humanas afortunadamente, pero sí mucho dinero que los contribuyentes norteamericanos tuvieron que pagar para que la Libertad y la democracia se abrieran camino por el mundo.

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